Recuerdos.

Todos tenemos ese recuerdo de alguien el cual ha sido, es y será importante para nosotros aunque no se acuerde de ti...
Todos tenemos ese recuerdo de un sitio
Todos tenemos ese recuerdo de una sonrisa, de la sonrisa de esa persona.
Todos tenemos ese recuerdo de una fecha, la cual la tenemos tatuada en la mente.
Todos tenemos ese recuerdo de esa mirada.
Todos tenemos ese recuerdo de las caricias que te daba, esas caricias únicas.
Todos tenemos ese recuerdo de esa palabra que era sólo vuestra.
Todos tenemos ese recuerdo de no querer irte a casa cuando estabas con el/ella.
Todos tenemos ese recuerdo de querer pasar el mayor tiempo con esa persona.
Todos tenemos ese recuerdo de ver como se enfriaban las cosas.
Todos tenemos ese recuerdo de ver como se rompían las cosas.
Todos tenemos ese recuerdo.

Pero al fin y al cabo sólo son eso, recuerdos, recuerdos inolvidables que, por mi duro que sea siempre hay que tratar de pasar pagina, quemar la pagina o tirar el libro.

Por y para mi.

No hay nada más egoísta que centrarse en uno mismo, pero al fin y al cabo es lo que queda, no mover un sólo dedo por nadie.
Esperar algo de la gente es uno de los mayores fallos que cometemos pero no aprendemos, volvemos a pensar lo mismo de personas diferentes y siempre nos llevamos un chasco aunque la verdad que, cuando encontramos a esa persona que nos muestra algo y es lo que esperamos creemos que no es verdad, que no debemos seguir, que debemos cortar con eso... por miedo.
El miedo lo único que hace es hacernos perder oportunidades, oportunidades que valen oro para luego arrepentirnos, pero así somos, demasiado tontos.





Si cuando puedes no quieres, no llores cuando quieras y no puedas.

Cosas de Scouts.

No hay nada mejor que una buena velada abrigados hasta el cuello pero con un fuego en medio, recordando historias de años anteriores, cantando todo tipo de canciones, momentos que te después te pones a pensarlo y no tienen precio.

Todos tenemos momentos de "te acuerdas cuando..." y sin contar la historia todo son risas.

Por esos amigos que se comían tu comida porque no te gustaba y después te daban su postre para que no te quedases sin hambre.

Esas veces que te decían "tenéis diez minutos para ducharos" ibas corriendo a la ducha para tardar lo mínimo posible y al llegar allí se te olvida la toalla.

Por esos monitores que se acostaban a las tantas después de un kraal y a las ocho de la mañana estaban haciendo la activación con más energía que ninguno.